
Para no pecar contra ti.” (Salmos 119:11)
Debido a la pornografÃa en Internet, los medios de comunicación y la degeneración cultural, la tentación sexual en el mundo moderno no tienen precedentes. Sin embargo, hay una plétora de recursos disponibles para las personas que se toman en serio los asuntos de integridad sexual. La pornografÃa puede ser ampliamente accesible, pero también lo es la Palabra de Dios. Hoy, subà una lista de versÃculos de la Biblia sobre el tema de la lujuria, la tentación y el pecado sexual que pueden informar nuestra lucha por la integridad sexual y capacitarnos para ser los hombres y mujeres que Dios nos creó para ser.
A continuación encontrará dos enlaces, un .Doc y un .PDF, que contienen más de 100 versÃculos de la Biblia que abordan la lujuria, la tentación y el pecado sexual. El .PDF debe mostrar el formato correctamente en cualquier navegador y programa, mientras que puede editar el .Doc a su gusto (cambiar la traducción, agregar versos, eliminar versos, modificar el formato, etc.). Si desea eliminar o cambiar el fondo de “rollo de papel” que configuré, en Microsoft Word (2108), vaya a Design–> Page Color (top right) –> Fill Effects –> Texture. FYI, la fuente se llama “Viner Hand ITC”.
VersÃculos BÃblicos sobre la Lascivia (Reina Valera 1960) (.Doc Descargable):
VersÃculos BÃblicos sobre la Lascivia (Reina Valera 1960) (.PDF Descargable):
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Para obtener más información sobre la integridad sexual, consulte el archivo completo de más de 500 artÃculos. También hay un número de artÃculos en español.
VersÃculos BÃblicos sobre la Lascivia y el Pecado Sexual del Antiguo Testamento
Job 31:1-4: Hice pacto con mis ojos; ¿Cómo, pues, habÃa yo de mirar a una virgen? Porque ¿qué galardón me darÃa de arriba Dios, y qué heredad el Omnipotente desde las alturas? ¿No hay quebrantamiento para el impÃo, y extrañamiento para los que hacen iniquidad? ¿No ve él mis caminos, y cuenta todos mis pasos?
Salmos 24:3-5: ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño. El recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación.
Salmos 51:10-12: Crea en mÃ, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espÃritu recto dentro de mÃ. No me eches de delante de ti, y no quites de mà tu santo EspÃritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espÃritu noble me sustente.
Salmos 119:9-11: ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.
Proverbios sobre la Lascivia y El Pecado Sexual del Antiguo Testamento
Proverbios 3:7-8: No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.
Proverbios 5: Hijo mÃo, está atento a mi sabidurÃa, y a mi inteligencia inclina tu oÃdo, Para que guardes consejo, y tus labios conserven la ciencia. Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es más blando que el aceite; Mas su fin es amargo como el ajenjo, Agudo como espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte; Sus pasos conducen al Seol. Sus caminos son inestables; no los conocerás, Si no considerares el camino de vida. Ahora pues, hijos, oÃdme, y no os apartéis de las razones de mi boca. Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa; Para que no des a los extraños tu honor, y tus años al cruel; No sea que extraños se sacien de tu fuerza, y tus trabajos estén en casa del extraño; y gimas al final, cuando se consuma tu carne y tu cuerpo, y digas: !!Cómo aborrecà el consejo, y mi corazón menospreció la reprensión; No oà la voz de los que me instruÃan, y a los que me enseñaban no incliné mi oÃdo! Casi en todo mal he estado, en medio de la sociedad y de la congregación. Bebe el agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo. ¿Se derramarán tus fuentes por las calles, y tus corrientes de aguas por las plazas? Sean para ti solo, y no para los extraños contigo. Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud, como cierva amada y graciosa gacela.Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre. ¿Y por qué, hijo mÃo, andarás ciego con la mujer ajena, y abrazarás el seno de la extraña? Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, y él considera todas sus veredas. Prenderán al impÃo sus propias iniquidades, y retenido será con las cuerdas de su pecado. Él morirá por falta de corrección, y errará por lo inmenso de su locura.
Proverbios 6:25-29: No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos; Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón. ¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen? Asà es el que se llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno que la tocare.
Proverbios 7:21-27: Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, le obligó con la zalamerÃa de sus labios. Al punto se marchó tras ella, como va el buey al degolladero, y como el necio a las prisiones para ser castigado; Como el ave que se apresura a la red, y no sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasa su corazón. Ahora pues, hijos, oÃdme, y estad atentos a las razones de mi boca. No se aparte tu corazón a sus caminos; no yerres en sus veredas. Porque a muchos ha hecho caer heridos, y aun los más fuertes han sido muertos por ella. Camino al Seol es su casa, que conduce a las cámaras de la muerte.
Proverbios 30:12: Hay generación limpia en su propia opinión, si bien no se ha limpiado de su inmundicia.
Proverbios 31:3: No des a las mujeres tu fuerza, ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.
IsaÃas 1:18: Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesÃ, vendrán a ser como blanca lana.
JeremÃas 17:10: Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
Miqueas 7:8: Tú, enemiga mÃa, no te alegres de mÃ, porque aunque caÃ, me levantaré; aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz.
VersÃculos BÃblicos sobre la Lascivia y el Pecado Sexual del Antiguo Testamento
Mateo 5:8: Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Mateo 5:27-30: OÃsteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Lucas 11:33-36: Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz. La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas. Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas. Asà que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor.
Juan 14:15: Si me amáis, guardad mis mandamientos.
Romanos 7:5-6: Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del EspÃritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
Romanos 8:5-17: Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del EspÃritu, en las cosas del EspÃritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del EspÃritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivÃs según la carne, sino según el EspÃritu, si es que el EspÃritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el EspÃritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espÃritu vive a causa de la justicia. Y si el EspÃritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su EspÃritu que mora en vosotros. Asà que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivÃs conforme a la carne, moriréis; mas si por el EspÃritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el EspÃritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espÃritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espÃritu de adopción, por el cual clamamos: Abba, Padre! El EspÃritu mismo da testimonio a nuestro espÃritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
Romanos 13:12-14: La noche está avanzada, y se acerca el dÃa. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de dÃa, honestamente; no en glotonerÃas y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestÃos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.
1 Corintios 6:13-20: Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. Pero el que se une al Señor, un espÃritu es con él. Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del EspÃritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espÃritu, los cuales son de Dios.
1 Corintios 9:24-27: ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Asà que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
1 Corintios 10:12-13: Asà que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
2 Corintios 10: 3-5: Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.
Gálatas 5:16-24: Digo, pues: Andad en el EspÃritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el EspÃritu, y el del EspÃritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sÃ, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el EspÃritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatrÃa, hechicerÃas, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejÃas, envidias, homicidios, borracheras, orgÃas, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del EspÃritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Efesios 4:17-24: Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Mas vosotros no habéis aprendido asà a Cristo, si en verdad le habéis oÃdo, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espÃritu de vuestra mente, y vestÃos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Efesios 4:30: Y no contristéis al EspÃritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el dÃa de la redención.
Filipenses 4:8-9: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oÃsteis y visteis en mÃ, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.
Colosenses 3:1-10: Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatrÃa; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivÃais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno.
1 Tesalonicenses 4:3-8: Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. Asà que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su EspÃritu Santo.
2 Timoteo 2:20-22: Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Asà que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.
Hebreos 4:15-16: Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Santiago 1:12-17: Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraÃdo y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Amados hermanos mÃos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Santiago 1:27: La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
Santiago 4:7-8: Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
1 Pedro 2:9-12: Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habÃais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el dÃa de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.
1 Pedro 4:1-6: Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgÃas, disipación y abominables idolatrÃas. A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espÃritu según Dios.
1 Pedro 5:6-8: Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
1 Juan 1:5-2:6: Este es el mensaje que hemos oÃdo de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. Hijitos mÃos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
1 John 2:15-17: No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
1 Juan 3:1-10: Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sà mismo, asà como él es puro. Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
1 Juan 4:4: Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.
Apocalipsis 3:18-21: Por tanto, yo te aconsejo que de mà compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquÃ, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, asà como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.


